Este año,
perdí la oportunidad de registrar a mi hijo de 12 años en un campamento este
verano.
Desde
principios de la primavera mis ganas eran tan grandes y tenía todas mis
energías fijas en llenar de actividades, para el verano, a mis otros dos hijos.
El más grande está en un intenso curso de cómputo de dos semanas que le ayudara
a cumplir con requisitos de la escuela, seguido de un buen rato en el
campamento de música. La más pequeña está aprovechando sus días para socializar
en un campamento con sus amigas, después será tirar aros y tomar fotos en el
campamento local de niñas y niños.
